¿Por qué los bancos no aceptan tarjetas?

España es uno de los países líderes en el mundo en cuanto a cajeros automáticos y terminales para utilizar tarjetas (57.000 cajeros y 1,5 millones de terminales a finales de 2011). Este medio de pago ha acusado la crisis económica porque, según el Banco de España, en 2011 había 69 millones de tarjetas en circulación, ocho millones menos que el máximo histórico alcanzado en el tercer trimestre de 2008 cuando había 77 millones de plásticos.

En 2006, casi el 30% de las operaciones de pago se realizaron con tarjetas. Las de crédito -casi 42 millones- son más habituales que las de débito y la operación más común es la retirada de efectivo. El número de cajeros automáticos también ha notado los efectos de la reestructuración financiera: cayó un 3,41% entre 2010 y 2011. Los terminales sólo han disminuido un 0,78%.

Hay dos tipos de comisiones, al margen de la de emisión o mantenimiento, que fijan las entidades que facilitan tarjetas: las de intercambio, que son las que se aplican los bancos entre sí, y las de descuento, que son las que se cargan a los comerciantes. Según el regulador, ambas se han venido reduciendo, aunque en los últimos años las comisiones por sacar dinero en cajeros de otras redes (en España hay dos: 4B y Servired más Red 6000, que era la antigua red de las cajas) se han incrementado y son conocidas las batallas entre los comerciantes y los emisores de tarjetas por lograr mejores condiciones. En 2011, las comisiones al comercio representaban el 0,7% del importe de lo facturado.

Lo curioso es que pese a ser un medio de pago tan popular, la utilización del dinero de plástico para pagar en una sucursal bancaria es imposible, ya que los propios bancos -que suelen contar con cajeros automáticos en todas sus oficinas- no cuentan con terminales de pago. Invito a cualquiera a hacer una prueba: presentarse en la caja de un banco y exhibir cualquier medio de pago legal (metálico, talón, pagaré, letras, etc.). Todos le serán aceptados, con mayor o menor facilidad, pero el único que no podrá utilizar es la tarjeta de débito o crédito. Claro, si usted acude al banco que le ha emitido la tarjeta éste la aceptará, pero no porque cargue la operación en su tarjeta, sino porque lo hará contra su cuenta. El resultado de intentar pagar con una tarjeta en un banco es que (después de hacer la cola) le pedirán que salga a la calle a retirar el dinero del cajero automático y lleve el metálico hasta la caja. La banca dice que no tienen terminales de pago porque nunca nadie ha solicitado este servicio. Pues no les costaría nada.

john.muller@elmundo.es